
Era de noche, Nadia estaba dentro de la cueva y comenzaba a entumirse por el frio y sus ataduras. De pronto vio una sombra en la pared de la cueva: era Borobá, que los había seguido hasta la cueva. Con gran habilidad el monito robó una navaja a uno de los guardias que estaban dormidos y liberó a su ama. Una vez libre, despertó a Pema, con la intención de liberarla, sin embargo se pusieron de acuerdo y solo Nadia debía escapar, Pema iba vestida de fiesta y no podía correr. Decidida, Nadia recurrió a sus poderes de invisibilidad para salir de la cueva sin ser vista.
Una vez fuera su intención fue bajar la montaña, pero se dio cuenta de que la secta del escorpión estaba vigilando. Decidió subir la montaña en lugar de bajar. Llegó a la cumbre cerca del amanecer. Una vez ahí no supo qué hacer.
Por su parte, en el Reino se había corrido el rumor del secuestro de las chicas y la presencia de la secta. Por lo que se había movilizado al ejército, que consistía de veinte hombres, para buscarlas. El rey seguía con Judit Kinski y se veía muy interesado en ella.