El secuestro de las muchachas de la ciudad de Tunkhala seguía siendo un misterio para Alexander y sus compañeros, así como los motivos de tales actos. Mientras tanto Nadia se encontraba escondida entre las grutas de la montaña tras haber escapado de los hombres azules.
En la ermita Tensing y Dil Bahadur entraron en trance para averiguar el significado del signo que habían visto en el cielo. Ambos tuvieron las mismas visiones y decidieron que tendrían que ayudar a quien había enviado al águila blanca, confiando que esta los guiaría.
Cuando Borobá y Alexander llegaron a la montaña en donde estaba Nadia, ya era de noche lo que les imposibilitaba buscarla. Así que decidieron descansar un poco y esperar hasta el amanecer.
Minutos más tarde Tensing y Dil Bahadur llegaron a donde Alexander y Borobá se encontraban, sin embargo no fue a un chico americano lo que vieron; ante el peligro, Alexander había invocado a su tótem y lo que vieron los monjes fue a un feroz Jaguar negro, dispuesto a pelear. Sin embargo se pudieron comunicar por medio de la telepatía, y al darse cuenta de que luchaban por la misma causa, trabajaron juntos para tratar de salvar a Nadia.