
Después de tanto batallar, Nadia, Alexander y el príncipe llegaron a la cámara del dragón de oro. Los dos amigos se preguntaban como es que el rey le había pedido al príncipe que fuera a ese lugar si el dragón había sido robado y estaba destruido gracias a la explosión del helicóptero.
El príncipe aclaró sus dudas y les mencionó que solo habían robado la estatua, que la sabiduría se encontraba en ese pequeño pedestal color negro con algunos cuarzos, les pidió que se sentaran en un extremo de la cámara pues debía comenzar con el ritual y descifrar el código del dragón. Los dos amigos permanecían atentos ante aquel canto celestial del príncipe y del pedestal, después de una hora, que pareció solo algunos minutos, el príncipe les hizo prometer que nunca rebelarían el secreto de que el poder estaba contenido en el pedestal y no en la estatua de oro, además les comentó que él era el penúltimo rey; que se casaría con Pema y que su padre lo guiaría entre sueños.
El general estaba algo preocupado por el dragón pues este era un símbolo para el reino, pero Kate encontró una solución, uno de sus amigos en Nueva York haría una estatua similar, utilizando como referente las imágenes y el video tomados por Tex y por Judit. El príncipe los invitó a volver al reino, Alexander recordándole los buenos modales que debían utilizarse con la realeza, respondió aceptando con honor el volver al reino, el comentario resultó gracioso para todos.